Todos contra el plástico
Residuos de plástico en el mar, en los ríos, en las calles. Residuos que se toman cientos de años en ser degradados por la naturaleza y que, en algunos casos, forman parte de los alimentos de aves y especies marinas quienes los confunden con su dieta alimenticia.
Desde la insignificante cañita plástica hasta las botellas de bebidas, el plástico nos invade por donde sea que vayamos. Es materialmente imposible, para muchos, pensar ir al supermercado con sus propias bolsas para hacer sus compras y ni que decir de asistir a algún paseo de amigos donde la rica parrilla sea servidor en otro tipo de menaje que no sea descartable.
Al día de hoy no se tienen cifras exactas de las toneladas de plástico que se utiliza en nuestra ciudad, pero se estima que cada uno de los peruanos consume un aproximado de 30 kg de plástico por año. Plástico que es automáticamente desechado en las calles o botadores de basura y que, por efecto de la mala administración pública, nunca es recuperado para la utilización de nuevos productos plásticos que nos permitan reducir nuestro impacto en el medio ambiente.
Por otro lado, en lo últimos días, hemos oído de municipios que, por una cuestión de sentido común, advierten a los comerciantes de sus jurisdicciones la implementación de multas que castiguen el uso de cañitas o popotes plásticos para así lograr que el propio comerciante lleve a sus consumidores a un cambio de hábitos por unos más beneficiosos para nuestro planeta.
Hasta el momento, no podemos ver una acción claramente definida por parte de nuestro congreso y gobierno central; pero estamos seguros que los pequeños consumidores serán los primeros en generar el cambio desde sus escuelas y hogares. Por ello, lo invitamos a que en su próxima compra lleve su propia bolsa para cargar sus productos.