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Prendiendo a los emprendedores


Lograr que un prospecto a emprendedor prenda la chispita del emprendimiento es cosa difícil en estos días. Entre la legislación propia para iniciar un negocio y lo temores naturales con los que todos venimos al mundo, el emprendimiento asume un reto más grande que en muchos de los casos no reditúa inmediatamente.


¿A qué le teme usted, a la pérdida o al fracaso? No se preocupe por su respuesta, sea lo más sincero que pueda en estos momentos; total, esta se quedará con usted y le aseguro que tampoco será el único que siente lo mismo.


En estos últimos años, el término emprendimiento a cobrado una relevancia muy importante en la vida de muchos micro y pequeños empresarios que, en su momento, también tuvieron que asumir los mismos temores que usted está sintiendo. Desde el tomar la decisión de formalizarse y poner en orden la casa hasta el ver como sus cuentas marcan en rojo el primer año, nos orillan a pensar que este paso no será fácil pero que, de igual manera, será gratificante en el tiempo.


Hagamos un ejercicio mental para tratar de explicar como se inicia un emprendimiento. Imagínese el nacimiento de un niño, el llanto desesperado de ese recién nacido por llegar a un mundo que le es desconocido pero que de alguna manera ya conoce gracias a la experiencia de vida de su madre. Sus primeros descubrimientos, incipientes aún, al reconocer el dolor y el frío, el hambre y el sueño. Con el paso del tiempo y en menos de un año, ese niño empezará a ingerir sus primeros alimentos sólidos, los verá deliciosos y además disfrutará del hecho de tenerlos en sus manos mientras descubre como llegaron hasta él. Al cabo del primer año, ese niño ya habrá aprendido a sentarse solo y es muy probable que esté dando sus primeros pasos, aún con algo de temor pero con toda la ansiedad de querer conocer el amplio mundo; pero ojo, es probable que su madre aún lo vigile detenidamente. Para cuando el niño vaya a su primer día de clases en el pre escolar el asunto le será más sencillo pues ya tiene cierta independencia de sus actos y sabe reconocer órdenes; entenderá lo que está bien y está mal, además de reconocer que una carita fácil es muestra de su éxito.


¿Se dio cuenta del esfuerzo que le involucró a este niño crecer? Pues es lo mismo que le sucederá a su emprendimiento que, si lo vemos en el paso del tiempo, no logrará grandes ganancias en los primeros años pero si le permitirá tener un conocimiento sereno y calmado de como crece el mercado.


Ahora, le preguntamos nuevamente, ¿a qué le teme usted, a la pérdida o al fracaso?

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