Calidad, ¿quién la determina?
Cómo poder definir la calidad cuando, muchas veces, nosotros mismos no sabemos identificar en donde radica la calidad de los productos que consumimos.
De acuerdo a la Real Academia Española - RAE, cuando hablamos de calidad hacemos referencia a una propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo que permiten juzgar su valor, haciendo referencia así de superioridad o excelencia. Pues bien, si esta definición le ha permitido tener el concepto claro ahora le planteamos otra interrogante ¿qué es lo que hace que ese bien o servicios sea superior o pueda ser considerado excelente?
No se preocupe si no puede llegar a una conclusión clara frente a esta pregunta, ese es un 'trompo' intelectual que nos puede llevar años y años de búsqueda. Sin embargo, esa valuación de calidad puede variar de consumidor a consumidor como páginas de un libro o novela de ficción.
Pero entonces, ¿cómo poder otorgar calidad si no sabemos exactamente qué es la calidad de mi producto? Fácil, pregúntele al consumidor.
Por muchos años el mercado consideró la calidad de un producto podía estar en la durabilidad del mismo o en el sentido de exclusividad que este te podía otorgar; es así que, por ejemplo, marcas como Mercedes Benz lograron posicionarse como automóviles de calidad exclusiva o Phillips como artefactos de calidad durable. Estos conceptos en la actualidad, aunque no muy lejanos, reflejan una percepción definida por el cliente como la emoción que les puede causar adquirir productos de estas marcas.
Sin embargo, para otros sectores del mercado hoy en día, la calidad pasa por atributos más calculables como el precio o tamaño de los productos; dejando de lado las viejas teorías que planteaban la calidad por valores intrínsecos de las marcas.
Ahora bien, ¿cuántas veces le ha preguntado a su consumidor porque le sigue comprando? ¿nunca? ¿porqué?
Muchas veces los pequeños empresarios o negociantes locales creen conocer la calificación que sus consumidores les otorgan a sus productos por los niveles de rotación que pueden lograr a alcanzar, pero nunca se han tomado el trabajo de hacer esta simple pregunta ¿porqué te gusta mi producto?
Tomar en cuenta las opiniones y percepciones del mercado son siempre útiles, pues nos llevan a desarrollar nuevas y mejores estrategias para alcanzar ese título de calidad que muchos desean.
